miércoles, 22 de abril de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Un sueño hecho realidad. 
Olivia se va a enterar de lo que está pasando entre su prima y Daniel.
¡Y sale Jai!
¡Veamos qué ocurre!

                                  Olivia intentaba no mirar a Jai a la cara mientras estaban dando un paseo a caballo por los alrededores de Piedade. Lo que sentía cuando estaba cerca de él no lo había sentido nunca antes. Ni siquiera cuando Greg la estaba cortejando en Sacramento.
                                  Jai también intentaba no mirarla. Olivia no se parecía en nada a Sujata. Era distinta.
                                  No te conviene cortejarla, le susurró una vocecita interna a Jai. Apenas cruzaron palabra durante el paseo a caballo.
                                 Olivia regresaría a Sacramento en unos meses. Durante el tiempo que estuvo en Calcuta, lo único que había hecho había sido pensar en ella.
-¿Le gusta vivir aquí?-le preguntó en un momento dado.
-Piedade es un lugar tranquilo-respondió Olivia-Estoy acostumbrada a los sitios más ruidosos. Casi no pasan carruajes por aquí. Últimamente, mi padre dice que le han contado que Sacramento se está llenando de gente.
-Algo he oído. ¿Es verdad que se ha encontrado oro?
-No lo sé. El Presidente dice que sí. Papá dice que Sacramento se está llenando de forasteros que van allí creyendo que está construida de oro puro.
-Me temo que ninguna ciudad está construida de oro puro.
                             Regresaron a casa. Desmontaron.
                             Un caballerizo se encargó de Jasmine, la yegua que solía montar Olivia, y de Trueno, el caballo que solía montar Jai. Olivia salió del establo.
                              No me considero hermosa, pensó. Jamás he sido hermosa.
                             Pero quería ser hermosa a los ojos de Jai.
                             Lady Bridget salió al jardín en aquel momento. Le habría gustado preguntarle a su sobrina cómo le había ido el paseo. Sin embargo, era con Jai con quién quería hablar.
-Jai, hijo, tu padre quiere que vayas a su despacho-informó al joven-Mister Ransome no parece hacer nada a derechas cuando se queda solo.

                               Olivia no subió a su cuarto a cambiarse de ropa. Se dirigió al salón.
                               Tenía la sensación de que Estelle quería contarle algo.
                               La joven había recibido una nota de Daniel.
                              ¡Se ha vuelto loco!, pensó. Lo cierto era que Estelle no parecía ser dueña de sus actos desde hacía varios días.
                               Olivia no estuvo sola con Estelle mucho tiempo. El ama de llaves les informó de que tenían visita. Y que se encontraba en el jardín. El honorable Frederick Alistair Birkhust quería verlas a ambas.
-¡Estelle!-se escandalizó Olivia.
-Ha venido a vernos a las dos-le informó la aludida.
-¿Me puedes explicar lo que está pasando?
-Lo vas a saber ahora mismo. ¡Vamos!



                             Daniel no llevaba ni un minuto en el jardín.
                             Vio salir por la puerta principal a Estelle y a Olivia. Se sorprendió así mismo comparando a las dos. Olivia es una verdadera protagonista de novela romántica, pensó. Poseía una belleza muy llamativa. Peter Barstow le había dicho (por lo que le había contado La Tacañona) que Olivia era la mujer más bella de Estados Unidos. Tenía el cabello largo (tan largo como el de Estelle), de color caoba, con grandes ojos de color azul claro de mirada profunda, una piel blanca e inmaculada y un cuerpo esbelto, alto y bien proporcionado, además de un rostro de rasgos sensuales y perfectos.
                           Besó a Olivia en la mano.
-Buenas tardes, miss O' Rourke-la saludó con cortesía-Tenía ganas de hablar con usted.
                           Cualquier hombre se sentiría feliz por estar prometido con la bella Olivia. Sin embargo, no era Olivia quién despertaba la pasión en Daniel.
                           Al lado de Olivia, estaba ella.
                           Besó con fervor la mano de Estelle.
-Quiero hablar primero con tu prima-le dijo.
-Haces cosas muy raras últimamente-se sonrojó Estelle.
-Me gustaría decirte muchas cosas. Pienso romper mi compromiso con Jane. No recuerdo haberle pedido que se case conmigo.
-¿Me puede explicar qué está pasando aquí?-le preguntó Olivia poniendo esa Cara de Perro que tanto odiaba Daniel.
-Estoy enamorado de su prima, miss O' Rourke-respondió el joven con sinceridad.
                             Estelle era bajita y bastante delgada. Su cabello era de color rubio muy claro. Tenía el rostro redondo como la Luna. Y sus rasgos eran delicados. Casi aniñados...
                             A simple vista, Estelle era una muchacha muy frágil.
                             La amo, pensó Daniel con arrobo.
                             La noche antes, mientras yacían desnudos en el arrozal, Daniel supo que jamás podría abandonar aquel lugar.
                             Mientras chupaba sus pechos. Mientras mordía su carne. Mientras besaba con arrebato sus labios.
-Y me voy a casar con ella-añadió Daniel.
-¿Y qué ocurre con su compromiso con Jane Watkins?-se escandalizó Olivia-¿Acaso va mintiendo por ahí a las mujeres?
-¡Freddie!-se emocionó Estelle.
-Casémonos, amor mío-le pidió Daniel.
-¿Y qué es el amor para usted, mister Birkhust?-le preguntó Olivia-Dígamelo.
-Es algo más profundo.
-Mi dulce Freddie...-sonrió Estelle con dulzura.
                               Freddie Birkhust se enamoró del bello rostro de Olivia y de su cuerpo perfecto. Sólo la deseaba, pensó Daniel. No era amor.
                              En aquel momento, Daniel se inclinó hacia Estelle e ignoró el grito ahogado que lanzó Olivia.
-¡Por el amor de Dios!-chilló la joven.
                              Daniel besó a Estelle de lleno en la boca. Estelle se dejó llevar por el ímpetu de aquel beso.
                              Olivia miraba de forma nerviosa en todas direcciones.
                              Daniel besó a Estelle con pasión. La joven permitió que le metiera la lengua en la boca y bebiera de su sabor. Correspondió a su beso, pero había mucha timidez al principio en aquel gesto. Rodeó con sus brazos el cuello de Daniel. Y, por inercia, pegó su cuerpo al cuerpo del joven.
                           Daniel la besó con ardor.
                          No pensó en nada. Se olvidó de quién había sido antes.
                          Freddie Birkhust...Ahora, era Freddie Birkhust. Un joven inglés que vivía en aquel lugar. Le parecía irreal.
                             ¡Y era algo sumamente irreal! El estar en aquel lugar tan lejano y, al mismo tiempo, sacado de un cuento de hadas. El haberse enamorado de una muchacha como Estelle Templewood. Pensó en Ana y en Alejandra.
                            Les pidió perdón mentalmente a ambas mientras llenaba de besos el rostro de Estelle.
                            No era egoísta. No quería perder también a Estelle. Estaba cansado de ver cómo las mujeres que amaba morían. Estaba harto de perder a las personas que importaba. No podía perder también a Estelle.

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