martes, 17 de marzo de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Un sueño hecho realidad. 
En esta ocasión, ¡llega Jai!

                                 Estelle estaba sentada en el alfeizar del enorme ventanal del salón.
                                 Contemplaba cómo la lluvia caía.
                                 Es un joven extraño, pensó acordándose de Freddie.
                                 Le gustaban cada día que pasaban más y más sus ojos de color grosella hervida.
                                 ¡Y cómo había disfrutado de los besos que le había dado la noche que habían pasado en el arrozal amándose!
                                   Todo en él le gustaba. Fingí odiarle porque no quería amarle como le amo, reconoció Estelle para sus adentros.
                                   De pronto, se había enamorado del hijo de lord Birkhust. Sin embargo, Freddie había cambiado.
                                  Era como estar viendo a alguien completamente diferente. Freddie no era el Freddie que Estelle había conocido.
                                  De pronto, Estelle oyó ladrar a su perrita Clementine. Se puso de pie de un salto.
                                  Los ladridos de Clementine parecían ser más nerviosos que de costumbre. Oyó mucho revuelo en la cocina. La cocinera estaba hablando muy deprisa. Lady Bridget y Olivia se acercaron a ver qué ocurría.
                                  De pronto, la puerta de la cocina se abrió. El corazón de Estelle dio un vuelco.
-¡Anuradha!-exclamó el hombre alto y de tez morena que entró en el salón-¡Mi querida hermana! ¡Vaya sorpresa que te he dado!
-Jai...-alcanzó a balbucear Estelle-¡Jai!-acabó trinando.
                                   Se arrojó a los brazos de su hermano.
                                  Jai y Estelle giraron sobre sí mismos. Se abrazaron con muchísima fuerza. Jai besó repetidas veces la frente de Estelle. La besó en ambas mejillas.
                                 Estaba muy contento de volver a verla. Tenía en mente visitar a su familia en Piedade. Y pudo encontrar un hueco para ir a ver a las tres mujeres que ocupaban su pensamiento. Tuvo que reconocer que Estelle estaba muy guapa. La veía más guapa cuando estaba una temporada en Piedade. Le gustaba vivir en aquel lugar.
-Madre...-saludó a lady Bridget.
-¿Qué estás haciendo aquí, hijo?-le preguntó la dama.
                                Lady Bridget estaba llorando de alegría.
                                Besó a Jai en ambas mejillas.
-He venido a daros una sorpresa-respondió el hombre.
                                Lady Bridget le acarició el cabello con la mano con mucho cariño.
-¡Y nos has dejado a todas de piedra!-exclamó, risueña-¡No te esperábamos!
                                 Olivia estaba paralizada. Jamás imaginó que volvería a ver a Jai. Pero allí estaba él. Tan apuesto como le recordaba. Pensó que se iba a desmayar.
-¡Oh, miss O' Rourke!-la saludó Jai con desenfado-¡Qué alegría volver a verla!
                                Le hizo una reverencia. Al quedarse de nuevo erguido, le guiñó un ojo a Olivia. La joven se ruborizó de una manera tan intensa que Estelle se echó a reír.



                               Entre tanto, en la villa de los Birkhust, Daniel estaba en el salón con lady Birkhust.
                              Los dos se encontraban de pie en el centro del salón cuando el joven le comunicó a la dama su deseo de contraer matrimonio con la señorita Estelle Templewood. Daniel había asumido que su Destino estaba cumplido. O se quedaba en Piedade o regresaba a Murcia. Pero no pensaba hacerlo sin Estelle. La pena era que lady Birkhust se horrorizó al escucharle.
-¿Te has vuelto loco?-le espetó.
-Eres amiga de lady Bridget Templewood-le contestó Daniel
-El problema no es Bridget. Es lo que hizo Bridget. Acogió como a un hijo propio a ese mestizo.
-¿Te refieres a Jai, el hermano de Estelle? ¿Y qué?
                              Lady Birkhust se dejó caer de forma dramática en un sillón.
                              Es como ver a Paloma Hurtado caracterizada de Tacañona, pensó Daniel. Lady Birkhust podía trabajar en el Un, dos, tres. Si Chicho buscase una nueva Tacañona. Por supuesto...Pero con tres iba bien.
                             Lady Birkhust pensó que se ahogaba.
-¡Es un mestizo!-se quejó la mujer.
-Es el hermano de Estelle, tronca-replicó Daniel, cada vez más molesto.
-¿Cómo puedes hablarme así?
-¿Cómo puedes tú juzgar a alguien por el color de su piel? Por lo menos, sir Joshua hizo lo que debió cuando preñó a la madre de Jai.
-¡Frederick!
-Tienes a dos hermanos que están unidos y que se quieren. ¿Cuántas personas pueden decir lo mismo?
-Ni Olivia O' Rourke ni Jane Watkins tienen que ver con ese mestizo. Miss O' Rourke es la hija de la difunta hermana de Bridget. Pero...Estelle es también hija de Josh.
-¿Y qué quieres? ¿Que ese tío pasara de su hijo?
-¡Frederick!
-¡Deja de chillar! ¡Piensa que estoy en lo cierto!
                            Por lo menos, pensó Daniel, en el fanfic de Ana, sir Joshua había hecho bien las cosas. Jai no era su hijo bastardo. No había condenado a su familia a una vida de sufrimiento.
-Voy a casarme con Estelle, te guste o no-sentenció Daniel.
-¡Ni se te ocurra hacerlo!-le ordenó lady Birkhust.
-Mira, tía, ya soy mayor de edad. Puedo hacer lo que me venga en gana. ¿De acuerdo? Estelle y yo nos amamos. Para mí, eso me basta y me sobra.



                                La Tacañona estaba a punto de sufrir un colapso, pensó Daniel. Pero eso no le importaba mucho.
                                Ahora, entendía el porqué lady Birkhust estaba empeñada en ver a Freddie casado con Olivia.

lunes, 16 de marzo de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Un sueño hecho realidad es un poco más corto que de costumbre.
Sé que había prometido que haría entradas más a menudo, pero la quiero retocar un poco antes de subir el final.
Una cosa que estoy aprendiendo es a no meter tanta paja en mis historias. A contar lo que quiero contar sin irme por los Cerros de Úbeda, que es algo que me ocurre con muchísima frecuencia y que estoy corrigiendo.
Y no quiero cometer ese mismo error en esta historia.
Veamos qué ocurre hoy en la casa de los Templewood en el pueblo de Piedade.

                                       Durante dos días, estuvo lloviendo sin parar. No se trataban de lluvias monzónicas. Lo cual, Olivia agradecía.
-Si vuelvo a presenciar un monzón, me moriré-afirmó una tarde Olivia.
-La estación de los monzones todavía no ha llegado, mi querida Olivia-le recordó lady Bridget.
-¿Se sabe algo de mi padre?-quiso saber Estelle-¿Ha escrito él? ¿Hay alguna carta de Jai?
-Todavía no sabemos nada, cariño-contestó lady Bridget-Estamos muy lejos de Calcuta. El correo tarda en llegar.
-¿Y se sabe algo de mi padre?-quiso saber también Olivia.
-En tu caso, es más difícil-contestó lady Bridget-Piensa que viaja a bordo de un ballenero. Es posible que llegue una carta de cualquiera de ellos uno de estos días. Tienes que ser paciente.
                               Las tres se encontraban sentadas en el sofá del salón. Estelle estaba enrollando un ovillo de lana. Su madre le había dicho que quería confeccionarle un chal. Lady Bridget confiaba más en su maña para tejer chales que en comprarlos. Decía que le salían mejor.
                               El sonido de un trueno sobresaltó a Olivia. La joven no estaba haciendo nada.
                               Pese a que intentaba mantener la calma, lady Bridget se sobresaltó. El bastidor que sujetaba entre sus manos tembló. Estaba bordando un mantel que quería regalárselo a Olivia. Sería parte de su ajuar de bodas.
-Y, ahora, mister Birkhust afirma que no quiere casarse-se quejó lady Bridget-Dice que no recuerda haberle pedido en matrimonio a Jane. Que está enamorado de otra mujer.
-¿Eso es lo que Freddie dice?-se interesó Estelle-Puede que esté en lo cierto.
-Un hombre que cambia de opinión no puede ser bueno para nadie-opinó Olivia-Debería de verse con el tiempo lo que quiere realmente.
                                Olivia sospechaba que había ocurrido algo raro entre Estelle y Freddie. ¿Acaso su prima no sabía que ella sí sabía que se había escapado para encontrarse con él?
                                Y había pasado toda la noche fuera de casa.



                               ¿Habría yacido en los brazos de Freddie Birkhust?
-Estelle, espero que no hayas cometido una locura-le dijo a su prima en voz alta.
-¿A qué te refieres?-inquirió la aludida.
-Sé que te escapaste para ir al encuentro con Freddie. Y estuviste fuera toda la noche. ¡Por favor, dime que no pasó nada entre vosotros!
-No es el momento para hablar de eso, Libby.
                               Las mejillas de Estelle se encendieron de un modo que a Olivia le pareció rarísimo.
                           Unos días después, sir Joshua llegaba a la villa.
                           Creía que podía dejar los negocios en las manos de su socio, Arthur Ransome. Confiaba en él.
                          Jai se quedaría en Calcuta. Sir Joshua no podía esperar a ver de nuevo a su mujer y a su hija. Las añoraba.

jueves, 5 de marzo de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Os traigo un nuevo fragmento de Un sueño hecho realidad. 
Estelle y Daniel ya han disfrutado de su primera noche de amor. ¿Qué va a pasar a partir de ahora?
¡Vamos a verlo!

                              Antes del amanecer, Daniel acompañó a Estelle a su casa.
                              Un bonito color rosa cubría las mejillas de la joven.
-Perdóname-alcanzó a decir Daniel.
                              La noche anterior, había cambiado todo para él. Las sensaciones que había experimentado eran reales. Las reacciones de Estelle a lo que le estaba haciendo eran reales.
                             No había sido un sueño. Daniel miraba a Estelle con admiración.
-¿Por qué me pides perdón?-quiso saber ella-¿Acaso te arrepientes de lo que ha pasado?
-No...-contestó Daniel-Estoy muy contento. No me arrepiento.
-Lo dices porque yo era virgen. ¿No es eso? Me alegro de que tú hayas sido el primero.
-Te he contado toda mi vida.
-Lamento mucho lo ocurrido a tu mujer. Y lo que le pasó a aquella chica. A Ana...¿Has estado viviendo en España?
                           A veces, Freddie sorprendía a Estelle. No se parecía en nada al joven con el que llevaba mucho tiempo tratando.
-He estado allí mucho tiempo-contestó Daniel.
-Tu esposa se llamaba Alejandra-observó Estelle-No Alexandra...Era española.
                          Daniel asintió. Le había contado a Estelle la verdad de una parte de su vida. De pronto, la muchacha pareció entender. Había creído que Freddie se emborrachaba por capricho.
                          Sin embargo, se emborrachaba por pura desesperación. Había perdido a su esposa. Había encontrado la oportunidad de volver a ser feliz.
                          Y aquella joven que se llamaba Ana también había muerto. Parecía que estaba maldito en lo referente al amor.
-No quiero que te pase nada-se asustó Daniel.
                          Estelle le miró y le dedicó la sonrisa más radiante que el joven jamás había visto. Estelle llevaba suelto su rubio cabello. Caminaba descalza.
                          El corpiño de su vestido no estaba abrochado. Y, sin embargo, para Daniel seguía siendo la criatura más bella que jamás había visto. La noche antes, apenas habían dormido. Daniel no podía conciliar el sueño.
                          Estelle comenzó a llenar de besos su rostro un rato después de haber consumado su amor. Ana lo habría expresado de aquel modo.
                           Los labios de ambos se encontraron en un beso largo y ardiente. Un beso lleno de deseo mal contenido...
                            Cuando Daniel se quiso dar cuenta, estaba chupando con deleite los pechos de Estelle. Perdiéndose otra vez en su interior. En su cuerpo...
                          Estelle rezumaba tranquilidad y serenidad. Estaba muy contenta. A pesar de todo, no se arrepentía de haberse entregado a Freddie.
                         Llegaron a la casa de los Templewood.
                         Todavía no había amanecido. Se detuvieron ante la puerta trasera, que daba a la cocina. Estelle le contaría a Olivia lo que había pasado entre Freddie y ella.
-Espero que no me mate-bromeó la muchacha-O que no le dé un infarto de la sorpresa.
                        Daniel se echó a reír. Estelle poseía el don de hacerle reír. Incluso, en aquellos momentos en los que se sentía más seguro que nunca de lo que quería hacer. De con quién quería estar realmente. Iba a ser muy duro. Lo sabía. Pero no le importaba.
                       Los dos se fundieron en un cálido beso de despedida.

 

                         Estelle entró dentro de su casa.
                         Daniel permaneció en el jardín de los Templewood hasta que amaneció.
                         Lo ocurrido con Estelle había sido la experiencia más bella que jamás había experimentado.
                         Quería sentir remordimientos. Quería sentirse culpable por haber hecho el amor con ella. Pero no podía.
                         Había querido pensar en Ana, pero no pudo.
                        Lo entenderías, pensó con cierta tristeza. Sé que lo habrías entendido.
                         Estoy enamorado de Estelle Templewood y es real.

miércoles, 4 de marzo de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
Mi intención es centrarme en esta historia. Quiero terminarla a lo largo de este año y, como todavía le queda mucho, quiero, si es posible, subir un fragmento todos los días.
El fragmento que hoy nos ocupa es algo subidito de tono. No se me dan muy bien esta clase de escenas, así que espero que salga bien.
¡Veamos lo que ocurre entre Daniel y Estelle!

                              La Luna le pareció que brillaba con más intensidad que nunca. Lo que estaba ocurriendo era real.
                              Daniel recostó a Estelle con mucha suavidad sobre la hierba. Tenía la sensación de que volvía a ser un adolescente inexperto.
                              Al ayudarla a despojarse de su vestido, de los calzones y de la camisola, Daniel descubrió que era realmente bella. Era como estar contemplando una aparición.
                              Estelle no quiso quedarse quieta. Ayudó a Daniel a quitarse la ropa. Cuando el joven quedó desnudo ante ella, Estelle lo contempló con admiración.
-¿No te da corte ver a un tío en pelotas?-le preguntó Daniel.
                              Estelle se echó a reír.
-A veces, dices cosas que no entiendo-respondió.
                              Ni él mismo entendía lo que estaba pasando.
-No estoy soñando-susurró.
                              Los labios de ambos se encontraron y se fundieron en un beso que estuvo cargado de pasión y de dulzura al mismo tiempo. Un beso al que se le unió otro beso. Se besaron de manera prolongada. Se besaron de manera ardiente.
                             En el silencio de la noche, sólo se escuchaba el sonido del río Mandovi. Su susurro...
                             Estelle acarició con las manos el cabello de Daniel. Es muy suave, pensó.
                             Las manos de Daniel acariciaron el cuerpo de Estelle, maravillándose en él. En su textura...
                             Al mismo tiempo, empezó a besar el cuello de la muchacha.
                             Tenía la sensación de que estaba sellando su destino aquella noche.
-No hay vuelta atrás-pensó con decisión.
                              Lo que sentía por aquella chica era mucho más fuerte de lo que había sentido alguna vez por Alejandra. O de lo que había sentido por Ana.
                            La fuerza de aquel sentimiento le asustaba.
                             Mordisqueó el lóbulo de la oreja de Estelle. Sentía las manos de la joven acariciando su torso desnudo.
                             Besó uno de los hombros de ella.
                             El sentido común de Estelle hacía ya un rato que se había esfumado.
                             Daniel no podía detenerse.
                             Succionó con voracidad los pezones de Estelle. Su lengua recorrió los senos de ella.
                             Mordió la carne de uno de sus pechos.
                             Su lengua recorrió el vientre de Estelle. Y no dudó en hundirse en la carne que había entre sus piernas.
-¡Freddie!-gritó Estelle sobresaltada y excitada a la vez.
                            Daniel alzó de nuevo la cabeza. La abrazó con fuerza. Y se hundió lentamente en su interior.
                           Estelle no sintió dolor alguno al sentir la invasión del cuerpo de Daniel. No sintió dolor cuando él rompió la barrera de su virginidad.
                          Se aferró a él y comenzó a moverse. Intuía que era lo que el joven esperaba de ella y quería complacerle. Cerró los ojos y se dejó llevar por las sensaciones que estaba experimentando en aquel momento.
                           De pronto, le pareció que el mundo estallaba a su alrededor. Había luces de todos los colores. Y las estrellas le parecieron más brillantes que nunca.
                           Daniel llenó de besos el rostro de Estelle.
-Ha sido muy bonito-se sinceró la chica.
                           Daniel apoyó la cabeza sobre su hombro, sintiéndose el hombre más feliz del mundo.