sábado, 10 de enero de 2015

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos.
He vuelto a la carga con Un sueño hecho realidad. 
Aunque sea poco a poco, mi mayor deseo es ver terminada esta historia a lo largo de todo este año.
De momento, aquí os dejo con una conversación entre Estelle y Olivia acerca de nuestro querido Daniel.

                               Desde lo alto de la colina, se podía ver todo el casco antiguo de Panaji, la capital del Estado de Goa.
                               La idea de salir la había tenido Olivia.
                               La Iglesia que se erigía en lo alto de la colina estaba cerrada. Pasaron al interior del cementerio.
                               Lady Stella Templewood, la difunta abuela de Estelle, estaba enterrada allí. Pese a que los Templewood tenían un mausoleo en el cementerio de Calcuta, la madre de sir Joshua pidió ser enterrada en Piedade.
                               Estelle sintió más que nunca la ausencia de su abuela. Su madre no paraba de quejarse acerca de la canallada que había cometido Freddie con Olivia. A pesar de que era consciente de que entre ambos no había ocurrido nada.
                              Su padre intentaba llevar sus negocios desde Piedade. Escribía con frecuencia a Arthur Ransome y a Jai. Y, además, su hermano debía de permanecer en Calcuta. Al contrario de lo que había ocurrido en otras veces, no podría viajar a Piedade para reunirse con ellos. Curiosamente, aquella idea no le agradaba nada a Olivia.
-He vuelto a ver a Freddie-le confesó Estelle a su prima-No recuerda haberle pedido a Jane que se case con él. Y dijo un montón de cosas raras. Me dijo que él no era Freddie. O me dio a entender que no era Freddie.
                             Y nos besamos otra vez, recordó Estelle con el corazón encogido.
                             Olivia la miró con extrañeza.
                             Desde luego, Estelle estaba actuando de un modo muy impropio de ella.
                            Se creía la historia de que Freddie no recordaba haberse comprometido con Jane. Posiblemente, estaría muy borracho cuando le pidió matrimonio.
-¿Qué piensas?-quiso saber Estelle.
-No deberías de verle nunca más a solas-contestó Olivia.
                          No era quién para darle consejos a Estelle, reflexionó Olivia. Pero, por lo visto, Freddie Birkhust era un joven que estaba a punto de casarse. Su tía Bridget no sabía nada de eso. Estelle debía de tener cuidado.
                          No obstante, Freddie Birkhust le había parecido un inglés estirado más. Quizás, sólo se diferenciaba del resto de los ingleses estirados que había conocido en Calcuta porque empinaba demasiado el codo, como diría su vecina Sally. Pero, últimamente, le notaba distinto. Tenía la sensación de que era distinto.
-¿De verdad no notas cambiado a Freddie?-le preguntó Estelle.
-Lo cierto es que, desde que llegamos aquí, está raro-respondió Olivia.
-Él me ha dicho que no es Freddie. ¡Y yo te puedo asegurar que es Freddie Birkhust! Tiene los mismos ojos de color grosella hervida. Como los tenía él. Y mataría por volver a sentir asco por él, como me ocurría antes. Pero...
                        Estelle clavó la mirada en la lápida de la tumba de su abuela.
                        Pensó en lo que le diría de estar allí. Lady Stella había sido una mujer muy comprensiva en vida. Apoyó a su hijo Joshua cuando el joven le manifestó su deseo de contraer matrimonio con Chandramani, la hija de un jefe tribal. Le buscó a su nuera el mejor médico ella misma cuando, durante una noche de tormenta monzónica, ocurrida dos años después de su boda con Joshua, vino al mundo Jai. Y consoló a su hijo y a su nieto cuando una neumonía acabó con la vida de Chandramani, cuando Jai tenía ocho años.
                           Y era verdad que Estelle notaba que algo había cambiado en Freddie. Se parecía mucho al Freddie con el que ella soñaba todas las noches.
                           El mismo Freddie al que vio en la Biblioteca Real.
-Quizás...-admitió Estelle, sonrojándose-Ya estaba enamorada de Freddie antes. Quizás...Estaba asustada por lo que sentía.
-¿Y qué sientes realmente por él?-le preguntó Olivia.
-Le amo.
                           Aquellas dos sencillas palabras tan fáciles de pronunciar habían sido las mismas dos palabras contra las cuales Estelle había estado luchando.



-Ahora, vas a decir que estoy loca-replicó Estelle.
-¿Por qué vas a estar loca?-sonrió Olivia.
-El capitán Sturges sería un excelente partido para mí. Es todo un caballero. Cuando su tío muera, heredará el título de marqués de Quenberry. ¡Y no está prometido a nadie!
                        El problema era que Estelle no estaba enamorada del capitán Sturges.
                        Se santiguó. Salió del cementerio con paso nervioso. Olivia fue tras ella.
                        En aquel momento, un hombre vestido con ropas de sirviente las abordó. Era Kanvar, el ayudante de cámara de Freddie.
-Mensahib Templewood...-dijo Kanvar.
                      Estelle supo que la estaba buscando a ella. Dio un paso adelante. Kanvar le entregó un papel doblado.
-Si es lo que estoy imaginando que es, deberías de devolvérselo-intervino Olivia.
                      Kanvar se alejó rápidamente de aquel lugar. Estelle desdobló el papel mientras Olivia hacía ademán de ir tras Kanvar.
                      La hoja tembló en las manos de la joven. Freddie la citaba en los arrozales a la noche siguiente. A pesar de que iba a casarse con Jane, seguía enamorado de Estelle. No quería renunciar a ella.
-Por tu propio bien, prima-le pidió Olivia a la joven-No vayas.
-He de ir-sentenció Estelle con voz serena.

1 comentario:

  1. Uy que pasara con ese encuentro. Te mando un beso y lo dejaste muy interesante

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