sábado, 28 de junio de 2014

UN SUEÑO HECHO REALIDAD

Hola a todos. 
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Un sueño hecho realidad. 
En esta ocasión, Tania va a visitar a Daniel para entregarle algo que perteneció a Ana como un recuerdo suyo. 
        
                              Los golpes en la puerta se hicieron más intensos. 
                              Daniel estaba tirado en el suelo del piso. Sentía sus huesos doloridos. 
                              Como pudo, se puso de pie y se dirigió a la puerta para abrirla. 
                              Ya había pasado un mes desde la muerte de Ana. Un mes en el que Daniel sentía cómo su vida volvía al pozo del que salió cuando llegó a Murcia. Cuando la conoció. 
                              Había latas de cerveza tiradas por el suelo. Y, para colmo de males, había perdido su trabajo en el Continente. 
                               Le despidieron porque llegó tarde y drogado a trabajar. 
                               Le sorprendió abrir la puerta y encontrarse de bruces con Tania. La chica sabía dónde vivía porque Ana se lo había contado mil veces. Daniel era el tema de conversación favorito de Ana, junto con Olivia y Jai. 
-Estás hecho un asco-le espetó Tania nada más verle. 
-Yo también me alegro de verte-replicó Daniel con sorna. 
-¿Me dejas pasar? 
-Pasa. 
                                Daniel llevaba tres días sin afeitarse. Era obvio que necesitaba una buena ducha. Tanto la camiseta como los pantalones que llevaban puestos necesitaban un buen lavado. Estaban sucios. Y él mismo llevaba varios días sin ducharse. Estaba despeinado. 
-¿Qué llevas ahí?-le preguntó a Tania. 
                             Sujetaba un libro bastante gordo entre sus manos y una libreta. 
-Ana era mi mejor amiga-respondió Tania-Y esto formaba parte de ella. Le encantaba leer novela romántica. Y esta novela, en concreto, la marcó. 
                             Le tendió el libro y la libreta a Daniel. 
-Olivia y Jai...-leyó el chico en la portada-Ani me hablaba constantemente de ella. Decía que yo me parecía a un personaje. A un tal...
-Freddie Birkhust...-terminó la frase Tania por él. 
-No lo entendí nunca. 
-Ana estaba obsesionada con esta novela. No recuerdo las veces que la leyó. Se conocía de memoria cada diálogo. Buscaba parecidos entre la gente que conocíamos con los personajes de esta historia. 
                         Daniel cogió el libro y la libreta. Le temblaban las manos. Ana había sujetado aquel libro entre sus manos. Lo había leído. 
                         No entendía el porqué Tania le hacía aquel regalo. Un nudo se formó en su garganta. Casi podía sentir la presencia de Ana en el piso. De pronto, tuvo la sensación de que no sentía la presencia de Ana en el piso. 
-Sale una chica llamada Estelle en el libro-afirmó Daniel. 
-Estelle Templewood...-recordó Tania-Es la prima de la protagonista, de Olivia. ¿Cómo lo sabes? 
-Ana me habló de ella. 
                           Y creo que la conozco, pensó Daniel. 
                           Pero no se lo contó a Tania. La joven debía de pensar que estaba drogado. Ya pensaba que estaba drogado por cómo le había visto. Tania hizo un gesto de malestar. 
-Me tengo que ir-anunció. 
-Muchas gracias...-le dijo Daniel. 
-El deseo de Ana era que te lo quedaras. Nunca lo dijo. Pero yo lo adiviné. Era mi mejor amiga. Sabía cómo pensaba. 
-Has sido muy amable, Tania. Gracias...
-Nos vemos. 
                            La puerta del piso de Daniel estaba abierta. 
                            Tania salió. Cerró la puerta. 
                            Daniel tuvo la sensación de que nunca más volverían a verse. Se quedó solo en el piso. 
                            Por lo menos, pensó, le quedaba el recuerdo de haber sujetado la mano de Ana hasta que entró en el quirófano. De haberse despedido de ella con un beso. Un sollozo se escapó de su garganta. Un libro y una libreta era lo único que le quedaba de ella. 
                            Se sentó en el suelo. Le quemaban las manos al abrir aquel libro. 
                           Ana había hablado de prestárselo. Pero Daniel no quería leer lo que él consideraba que eran chorradas románticas. 
                           Empezó a leer. Los minutos fueron pasando. Daniel estaba sumido en la lectura de aquel libro. 
                          De pronto, tuvo la sensación de que estaba en mitad de aquel jardín en Calcuta. Y de que podía ver a la chica de cabello rubio que salía corriendo sujetando en sus brazos a su perrita Clementine. Una muchacha delgada...De figura baja...De ojos grandes...De rostro redondo...De facciones aniñadas...
                          Podía verla salir con su cabello rubio al viento de su casa. La oía reírse de su prima por haberse caído dentro de una acequia. Con su piel blanca como la leche por tener que salir a la calle usando sombrilla y sombreros. Así era la chica con la que llevaba soñando toda su vida: Estelle Templewood. 



                         Las horas fueron pasando. Daniel leía aquel libro buscando más información acerca de Estelle. No quería saber nada acerca de la vida de Olivia. De pronto, se dio cuenta de una cosa. Freddie Birkhust...Aquel joven tenía los ojos muy parecidos a los suyos.
                        Ojos de color grosella hervida, murmuró Daniel. Estaba atónito.

1 comentario:

  1. Uy que pasará ahora que Estelle conoció a Daniel Te mando un beso y te me cuidas

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